miércoles, 13 de mayo de 2009

Policías bruscos, chicas de moda y estrellas politoxicómanas (los libros de la semana)


Todo el mundo consigue lo que desea. Yo quería una misión y por mis pecados me dieron una. Fue una misión elegida, y cuando acabó, ya nunca quise otra.
Lo escuchamos en la radio por la tarde, de vuelta a casa.

Es el principio de Apocalypse Now. Se cumplen 30 años de su estreno en Cannes.

¿Es la mejor adaptación al cine de la historia?

Nosotros creemos que sí, no tiene nada que ver con El corazón de las tinieblas de Conrad y al mismo tiempo, no se podía respetar más el espíritu de la novela.

La frase, la del arranque de la película, la incluye Fernández Mallo en su Nocilla Experience. También cita Apocalypse Now Alberto Lema en Sidecar. Mañana hablaremos de él y de lo mucho que nos ha gustado el libro.

Pero esta entrada no va sobre la influencia de Apocalypse Now en la literatura española de principios del siglo XXI.

Tampoco vamos a anunciar otra vez el fin del mundo. Ya estáis todos avisados.

Esta es la entrada rápida y socorrida de todas las semanas: tres novedades que nos gustan y nos interesan y nos apetece leer.

1. La playa de los ahogados. Domingo Villar. Ed. Siruela. Villar publicó hace tres años Ojos de agua, una novela negra que a todo el mundo le gusto mucho, mucho, mucho. A nosotros sólo nos gustó mucho.

Era una novela negra a la gallega, la historia de un saxofonista que aparecía muerto en su casa y la de los policías que investigaban el caso, Leo Caldas y su ayudante, Rafael Estévez, un maño demasiado brusco para entender la mentalidad gallega.

Las escenas en las que los gallegos interrogados por Estévez respondían siempre a sus preguntas con otra pregunta eran tronchantes. Uno de los grandes hallazgos del género negro en los últimos años.

En La playa de los ahogados vuelven a aparecer Caldas y Estévez. Esta vez investigarán el asesinato de un pescador. La novela es mucho mas larga que la anterior: casi 450 páginas. Esperamos que no se le haya ido a Villar de las manos.

2. Nadie es más de aquí que tú. Miranda July. Ed. Seix Barral: Parece que es la nueva chica de moda. Además de escribir, dirige cine y hace performance. Ese perfil nos da mucho miedo. Pero al mismo tiempo sentimos cierta curiosidad por ella.

Es un volumen de cuentos y en la contra, hablan de humor y erotismo.

Si quieres saber más, el Babelia le dedicó hasta la portada.

3. Como una moto. La vida galopante de John Belushi. Bob Woodward. Ed. Papel de Liar. Uno de los periodistas del Watergate nos cuenta la disparatada y trágica historia de John Belushi, el del Saturday Night Live y, sobre todo, el de los Blues Brothers. Un tío que se lo gastaba todo en limusinas y drogas. Murió a los 33 años. Reproducimos un trocito, un diálogo entre Belushi (John) y Smokey, la enésima niñera (vigilante) que le han puesto para que sea bueno y no se drogue.
– ¿Por qué tomas drogas? – preguntó Smokey.
– Porque están ahí.
– Vamos –dijo Smokey–. No entiendo cuando alguien como tú que lo tiene todo... ¿por qué tienes que depender de las drogas?
– Básicamente, es por la presión –respondió John–. Es lo que haces como persona para mantener la calma y estar alerta; la gente de este negocio consume drogas por eso.
– Eso no tiene sentido –dijo Smokey–. Al hacer lo que dices, tienes que darte cuenta de que pones en peligro tu capacidad de funcionar. Como el alcoholismo.
– El alcohol y las drogas son cosas distintas –dijo John asqueado.
– Tomas de esto o de aquello –dijo Smokey–, y tú tomas de todo. ¿Qué pasa cuando la cosa se estanca y ya no te da subidón? ¿Cuándo alcanzas ese punto y ya has probado cada droga a todos los niveles? ¿Qué pasa entonces?
John meditó un momento y dijo:
– No sé... supongo que te vuelves loco.
Entonces se levantó inquieto y se fue a la cocina.
Empezábamos con un referencia cinéfila y acabamos con otra, una de las escenas más conocida de The Blues Brothers. Atentos al minuto 2.30 cuando Belushi ve la luz: cómo brilla, cómo salta el gordito, aunque seguro que era un doble. Seguro también que no imaginaba lo poco que le faltaba para cascarla.

1 comentario:

PATSY SCOTT dijo...

Ojos de agua me gustó - me hizo gracia, y lo dejo ahí.
Sigo tu blog aunque no dejo comentarios (mal hecho). Intentaré hacerlo en el futuro.
Te he dado un premio que puedes recoger en mi blog si te apetece. Un saludo.