Esta mañana había gritos en la calle.
Han intentado secuestrar a una mujer, una clienta del tugurio chungo que hay en los bajos del edificio.
Luego ha venido la policía, con las sirenas y todo el lío.
Pero no me he enterado de nada: dormía.
Es el calor, supongo.
Ya está aquí. Y enloquece a la gente.
Qué asco.
¿Un nuevo apocalipsis?
Seguro.
Otro más.
Agotador.
O "asustante", como diría la ministra.
Ella sí que da miedo: promete superar a Esperanza Aguirre como mandamás de Cultura.
Pero lo peor es el trabajo: tenemos un huevo de cosas pendientes, tonteriítas por las que nos pagan, y muy pocas ganas de hacerlas.
Hoy volveremos a ser rápidos, rapidísimos, y montaremos el escaparate con los libros que nos apetece leer.
1. Epiléptico. La ascensión del gran mal. David B. Ed. Sins Entido. Ahora se han puesto muy de moda los cómics en los que el autor nos cuenta la enfermedad de un pariente. Mira si no María y yo, de Miguel Gallardo, o Arrugas, de Paco Roca, los dos premiadísimos.
Pues el primero en hacerlo, creemos, fue el francés David B., con esta obra autobiográfico en la que hablaba de la epilepsia de su hermano.
La epilepsia, la enfermedad sagrada, como decían los griegos.
Epiléptico está considerado uno de los grandes cómics de los últimos años y en esta edición se han publicado por primera vez en España los seis tomos juntos.
Le tenemos ganas. Muchas. Aunque luego estos cómics tan, tan aclamados, siempre nos decepcionan.
2. Clarke Street 64. Andrew Holmes. 451 Editores. La historia de Dash y Max, dos rateros al servicio de un criminal que decide secuestrar a un niño de seis años, aunque parece que ellos no están de acuerdo con la decisión y no van a consentirlo...
Una novela inglesa, dura y de barrio, parece, con humor, según cuentan, y protagonistas perdedores pero que quizá tengan mucha más dignidad que el resto.
Asegura la contra que al autor, un inglés de 1972, la crítica le ha comparado con Martin Amis, Elmore Leonard, Ian McEwan y Nick Hornby.
¿Se puede ser todo eso a la vez?
Ojalá que sí.
3. El arte de perder. Lola Beccaria. Ed. Planeta. ¿Cómo?, ¿una novela distinguida por Planeta con uno de esos premio suyos (el Azorín=68.000€)?
Sí, nos apetece, queremos intentarlo, darle una oportunidad. Le vemos posibilidades
Y además, es de una mujer que busca el amor en Internet.
¿En plan Bridget Jones o la Chick Lit?
No, no creemos.
Se puede hablar de mujeres que buscan el amor sin ser gilipollas, sin caer en todos los tópicos, sin asumir un discurso tan frívolo y tan reaccionario como el de Sexo en Nueva York.
O, al menos, se debería hacerlo.
Quizá Lola Beccaria lo haya conseguido.
¿Por qué ella?
Entre otras cosas, porque empieza la novela con una cita de Beckett que nosotros llevamos tatuada en el culo. O tal vez en el pecho. Ya no recordamos muy bien dónde:
"Lo has intentado. Has fracasado. No importa. Inténtalo de nuevo. Fracasa de nuevo. Fracasa mejor."Mañana más.
5 comentarios:
Hace mucho tiempo que no doy señales de vida. La entrada cojonuda como siempre, la cita de Beckett enorme, y el hecho de que te la hayas grabado con tinta en algún sitio me parece que se sale de los cánones. Me imagino que la elegirías después de pensarte mucho tiempo si utilizar ésa o la muy mítica de Paulo Coehlo: "Cuando una persona desea realmente algo, todo el universo conspira para que realice su deseo", que habría tenido la ventaja comparativa de hacer vomitar a todo el que te viera en traje de baño dando lugar a situaciones bastante cachondas.
Muy de acuerdo con la concepción de la vida como sucesión de hostias (y eso que personalmente no me quejo). Supongo que al final lo que cuenta es encajar con estilo (como Dennis Hopper).
www.youtube.com/watch?v=tqccyUpnZwA
Arrugas es triste de cojones. El señor va perdiendo su memoria con estupor, y no pasa nada porque su círculo le arropa y es como tierno, pero a cualquiera con dos dedos de frente le asaltan las preguntas ¿y si no fuera así? ¿qué pasa con los que no tienen la suerte de ser mimados? y, ¿me pegaría un tiro si algo asi me ocurriere? Ser un vivo desmemoriado vale para algo. Aunque ahora que lo pienso, ya lo soy en cierta medida.
Me gusta mucho un señor que se llama Guy Delisle (Pyongiang, Shenzen) y que dibuja unos comics sin pretensiones contando sus andanzas por sitios extraños.
No suele pasar nada. El señor tiene un trabajo de unos meses en Corea del norte y relata cosas como las moscas de su habitación hotel, el color del café que le ponen por la mañana, a qué suena el coreano, o un día que fue a tomar el té con un colega, no entendió nada tras una hora de sonreir, y se marchó.
bueno, y qué quería contar yo?
Jaime,
Me has pillado, ¿quién te ha dicho lo del tatuaje de Paolo Coehlo?
Y así estoy, que no puedo más de aguantar a TODO EL UNIVERSO conspirando por MIS DESEOS.
Ms. Filthy, por lo que cuentas, mola el tal Guy Delisle.
Buscaré algo suyo.
Gracias por la recomendación.
Buenos días Sr. Vilá & co.,
Pobre Coehlo, después del pasado turbio de satanismo del que él mismo hace ostentación, siempre he sospechado que tuvo un encuentro triste con Sánchez Dragó y cayó en ese misticismo new age tan pronfundo o profuso como dirían Faemino y Cansado.
Parece interesante lo del viajante de Corea....y lo del epiléptico. Me informaré.
Saludos
Si es que Sánchez Dragó es muy peligroso...
Estáis todos avisados!!!!
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