lunes, 25 de mayo de 2009

Los milagros aún existen (Iggy Pop lector, personaje de novela y su nuevo disco)


Íbamos a hablar de milagros y redenciones, de vagabundos alcoholizados y de niñas santas, del 70 aniversario de la muerte de Joseph Roth y de su libro La Leyenda del santo bebedor.

Pero se no ha cruzado una noticia que primero hemos recibido con escepticismo y luego, casi, casi con asombro: sí, los milagros aún son posibles.

No es que Iggy Pop siga vivo, todo el mundo la sabe, es que ha sacado un disco, Preliminaires, y, por lo poco que hemos oído, el disco mola. Mola mucho.

Mola el cambio de registro. Y la actitud. No es una mamarrachada más de estrella del rock en sus horas bajas.

Iggy Pop dice que está "harto de escuchar a un puñado de brutos idiotas golpeando guitarras para hacer música mala" y ha decidido volver al jazz y a la canción francesa.

El resultado suena un poco a Tom Waits (en King of the dogs) y un poco a Leonard Cohen (en Les feuilles mortes), pero en el fondo sigue siendo Iggy Pop.

Y esto, ¿aún es un blog de libros?

Sí, es que Iggy Pop ha leído a Michel Houellebecq y se ha inspirado en La posibilidad de un isla para el disco: "El libro trata sobre la muerte, el sexo, el fin de la raza humana y unas cuantas cosas más bastante graciosas. Lo leí en un hotel solitario de la costa francesa con gran placer y en mi mente iba creando la música que escuchaba en mi alma mientras lo leía", comenta.

De hecho, el primer singles, del que hay tres vídeos distintos, está dedicado a su personaje favorito de la novela, el perro Fox.



Puedes oír algo más de este nuevo Iggy Pop y verle contonearse a sus 62 años sin camisa ni camiseta en la web del Canal+ francés.

Sigue fibroso, aunque también un poco hinchado, muy poco, con esa textura que sólo da la heroína después de años y años de adicción.

Iggy Pop también debería leer Making Of, de Óscar Aibar, publicado el año pasado por Mondadori.

Como en La posibilidad de una isla (aunque no tiene nada que ver) hay muerte, hay sexo y es muy gracioso.

Además, aparece él como personaje.

Aibar novela con muchísimo sentido del humor la producción de su primer película, Atolladero, un western futurista, crepuscular y desquiciado, con malos malísimos, dinosaurios extraterrestres, F-16 disparando misiles reales en pleno set de rodaje y todos los problemas del mundo.

Atolladero es un retrato del cine español llevado al límite, de su falta de medios, de su improvisación constante, de su afán por querer ser siempre otra cosa y de los personajes que lo pueblan, entre el divismo (muy poco, aquí) y la sordidez.

Y Atolladero es una de esas epopeyas contemporáneas, o sea, ridículas, siniestras, disparatadas. Tanto, que al final, el narrador sólo podrá presumir de haber hecho lo que tenía que hacer y, a pesar de ello, aún seguir vivo.

Un auténtico héroe. Si nosotros hiciéramos lo que de verdad tenemos que hacer, seguro que nos cortaban el cuello. Y a ti también, no te hagas el tonto, lo sabes perfectamente.

Uno de los personajes, decíamos, es Iggy Pop, la estrella internacional de la película. En el libro aparece como Jim Rock y está muy centrado: ya no se acerca a las drogas ni en broma, se toma muy en serio su trabajo y siempre está dispuesto a colaborar en todo. Pero le pierde el sexo.

Reproducimos un diálogo entre el director de la película y Jim Rock, después de que el primero haya pillado al segundo con un "joven y fornido carpintero" detrás de unos matorrales:
- Los sesenta fueron muy extraños –dijo poniéndome la mano en el hombro.
Le ofrecí un cigarro y caminamos lentamente de vuelta a los camiones.
- Durante más de veinte años hice de todo con todo el mundo –añadió–. Luego llegaron los ochenta y la compañía de discos me obligó a pasar una revisión médica para renovar el contrato. Yo me acojoné, ¿sabes? Si había una persona en el mundo que se merecía estar infectada era yo.
- ¿Y qué pasó? –le pregunté con impaciencia.
- Joder, pues que estaba limpio, tío. Después de toda una vida follando a destajo con todo tipo de seres, después de años chutándome cualquier mierda con la primera jeringuilla que pillara en el suelo del lavabo de cualquier antro... ¡pues resulta que estaba limpio! Entonces decidí poner un poco de orden y me enrollé con Suhi para probar la monogamia.
- Eso está bien, supongo.
- ¿Bien?, ¡una mierda! –exclamó llevándose la mano a la entrepierna–. Esto es lo único que me queda y pienso aprovecharlo al máximo mientras funcione.
- ¿Y luego?
- Luego me pegaré un tiro en la cabeza o cantaré folk, yo qué sé –dijo mirando al infinito con una expresión mística–.
O sea, que al bueno de Iggy le sigue funcionando el asunto. Su inmenso asunto, según la leyenda.

De momento se ha pasado al jazz, sólo eso. Nada que ver con el folk.

2 comentarios:

Marta dijo...

Estupenda música.

Una pena que no se pueda hacer algo para erradicar de la tierra los vídeos musicales.

Anónimo dijo...

Gran novela Making of y gran tipo Iggy Pop.