jueves, 22 de octubre de 2009

Con cariño desde el infierno (sobre una película llamada 'Haxän' y algunas otras cuestiones satánicas y brujeriles)



Anoche estuve en el infierno.

No, esto no tiene nada que ver con Getafe Negro.

No es que fuera a lo de The Wire y a la salida me acabara liando y apareciera muchas horas después en algún bonito polígono del sur de Madrid, rodeado de coches tuneados y chavalines con el cuerpo abrasado por la drogas.

Fui a la Filmoteca, tan pedante y tan imprescindible.

Había un señor tocando el piano (dice el programa que se llama Mariano Marín, un monstruo).

Y sobre la pantalla del antiguo cine Doré empezaron a pasar cosas.

Salían brujas, diablos y espíritus malignos.

Había viejas que preparaban extraños ungüentos con un sapo y la mano de un ahorcado.

Había frailes glotones y libidinosos, monjas que enloquecían en masa, inquisidores que aplicaban las torturas más terribles en nombre de Dios.

Pude ver un aquelarre, que parecía salido de Sueño de una noche de verano, y docenas de mujeres que volaban con su escoba y que recordaban a un cuadro del Goya más negro.

Las brujas eran todas (o casi todas) feas, muy, muy feas, y pobres. Le besaban el culo al diablo, se dejaban follar por él y luego parían monstruos.

El diablo era inmenso y un poco ridículo: no paraba de tocar la zambomba y sacaba la legua de forma compulsiva, como si tuviera un tic.

La película se llamaba Haxän. La brujería a través de los tiempos y es de 1922, el documental de un tarado danés. Según Dave Kehr, citado en el programa de la Filmoteca:
Benjamin Christensen aparentemente pretendía que su película fuera un estudio serio de la brujería, pero en realidad consigue una obra de sadismo pornográfico. El impacto de la película se ha acrecentado con los años: las escenas de desnudo y las referencias escatológicas, lejos de parecer pacatas, han adquirido una cualidad siniestra, parecen los restos de una imaginación morbosa y arcaica.
Sí, morbosa y arcaica.

E ingenua, con ese punto naif del cine mudo, y a ratos, ya lo he dicho, ridícula, pero también hipnótica, y aterradora, visualmente potentísima, un auténtico disparate, extraña, mucho más que extraña, la película más rara que he visto en mi vida, una obra maestra.

El vídeo que encabeza esta entrada es un montaje hecho con imágenes de Haxän y de fondo, una canción de Faun Fables. Mezclan muy bien y sirve para hacerse una idea.

También te puedes bajar la película o verla directamente aquí (es el primer sitio que he encontrado).

Y como esto aún sigue siendo un blog de libros:

1. Existe otra versión de Haxän, de 1967, narrada por William S. Burroughs: el de la generación Beat, el que escribió Yonqui y El almuerzo desnudo, el gay que le puso una manzana a su mujer en la cabeza, sacó la pistola y quiso ser Guillermo Tell. Lástima que le fallara la puntería.

2. Me llega hoy justo un mail de Siruela. Acaban de publicar un libro de Ana Cristina Herreros. Se llama Libro de brujas españolas. No lo he leído, no lo he hojeado, ni siquiera lo he visto u olido. Corto y pego lo que dice la editorial:
Los 42 cuentos maravillosos que reúne este libro, y las 24 historias y leyendas que lo complementan, tienen como protagonista a la bruja, el ser que quizá más haya asustado a niños y adultos en todos los tiempos... tal vez porque las mujeres con poder asustan mucho. Sobre todo las que viven solas, independientes, esas ancianas que por viejas son sabias, unas veces buenas y otras malas. Son mujeres a las que se llama «brujas», a veces «hechiceras», a veces «hadas», según usen su poder. En este libro las hay atlánticas, cantábricas, pirenaicas, mediterráneas y del interior: todas llegan desde las leyendas y los cuentos españoles al aquelarre de este libro.
3. También este mes, 451 Editores ha publicado Libro de descenso a los infiernos. Una selección de textos e imágenes sobre el tema hecha por José Ovejero. La encabeza esta gran frase: "quien regresa del infierno está condenado a contarlo" e incluye, entre otros autores, a Aristófanes, William Blake, Mijaíl A. Bulgákov, Joseph Conrad, Cortázar, Dante Alighieri, Homero, Quevedo y Rabelais.

Las ilustraciones son de Eugène Atget, Francis Bacon, William Blake, William-Adolphe Bouguereau, Jan Brueghel, Francis Ford Coppola, Goya, Anna E. Lukasik-Fisch, Cristoforo de Predis, Utagawa Kunyoshi, etcétera.

4. Cierro ya con el principio de Una temporada en el infierno, de Arthur Rimbaud, en la traducción de Ramón Buenaventura para Hiperión, más que nada por si alguien se anima a leerlo:
Antaño, si mal no recuerdo, mi vida era un festín en el que todos los corazones se abrían, en el que todos los vinos se escanciaban.
Una tarde, me senté a la Belleza en las rodilla. – Y la encontré amarga. – Y la cubrí de insultos.
Me armé contra la justicia.
Escapé. ¡Oh brujas, miseria, odio: a vosotros se os confió mi tesoro!
Logré que se desvaneciera en mi espíritu toda la esperanza humana. Sobre toda alegría, para estrangularla, salté como una fiera, sordamente.
Llamé a los verdugos para, mientras perecía, morder las culatas de sus fusiles. Llamé a las plagas para ahogarme en la arena, en la sangre. La desgracia fue mi dios. Me tendí en el lodo. Me dejé secar por el aire del crimen. Y le hice muy malas pasadas a la locura.
Y la primavera me trajo la horrorosa risa del idiota...
(Y gracias a quien anoche me llevó a la Filmoteca y luego me invitó a un par de copas. Aunque sólo fuera, como Rimbaud a la belleza, para cubrirme de insultos. Yo también te quiero.)

3 comentarios:

DON ZANA dijo...

Sr. Vilá,

Saca hoy usted el tema de las brujas, muy presente en mi vida (por si acaso, hoy voy a hacer una excepción y no voy a hablar de mi suegra).

Presente en mi vida por haber pateado mucho los montes del norte de Navarra, las cuevas de Zugarramurdi, Urdax y Sare (esta última ya en terreno francés).

De hecho, una de las más preciadas joyas de mi humilde biblioteca es un erudito libro de Julio Caro Baroja sobre brujas, que curiosamente tiene en su primera página un diablo cojuelo idéntico al que encabeza su blog.

Juan Vilá dijo...

Don Zana,

A veces es una mierda que las brujas no existan, aunque fueran feas, viejas y putas.

De las otras, las que están tan cerca, mejor no hablar.

Cuídese mucho y recuerdos a su frutero

David Campos dijo...

me gustan mucho las reflexiones que haces de las diversas representaciones artísticas que aparecen en el tiempo bajo diversos aspectos. ahora por fin, descanso de tanta locura y tanto manicomio ya que la gente tiene mucho morro en las diversas fases de su acercamiento para quedar y tomar algo