Hoy empieza la Semana Negra de Gijón.
Miro por encima el programa: tienen un montón de cosas apetecibles.
Estoy cerca, pero no pienso acercarme.
Estoy en la playa.
En mi playa.
Venir aquí no es viajar.
Venir aquí es como volver a casa.
Suponiendo que aun hubiera una casa.
Y suponiendo que volver a ella mereciera la pena.
A mí esta playa siempre me recuerda a Rimbaud, a eso que decía él: "Lo mejor es un sueño muy borracho junto al mar".
Corto y pego un poco más de Una temporada en el infierno, de la traducción de Gabriel Celaya con algunos cambios míos. Lo saco de Poesía completa, editado por Visor. También tienes una versión en Internet:
Estoy en la playa armoricana. Que las ciudades se iluminen en la noche. Mi jornada está terminada; dejo Europa. El aire marino quemará mis pulmones; los climas perdidos me curtirán. Nadar, triturar la hierba, cazar, fumar sobre todo; beber licores fuertes como el metal hirviendo, –como hacían esos queridos antepasados alrededor de las hogueras.
Volveré con los miembros de acero, la piel sombría, el ojo furioso: por mi máscara se me juzgará de la raza fuerte. Tendré oro: seré vago y brutal. Las mujeres cuidan a esos feroces inválidos cuando vuelven de los países cálidos. Me mezclaré en los asuntos políticos. Salvado.
Ahora estoy maldito. Tengo horror a la patria. Lo mejor es un sueño muy borracho junto al mar.
2 comentarios:
He vuelto y veo que sigues en forma. A partir de ahora prometo fidelidad, por lo menos, este aciago verano.
Gracias, Anónimo.
Yo aquí intento no mentir.
Eso lo reservo para cuando me pagan.
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