miércoles, 1 de julio de 2009

Verano fatal (y un poema de Kavafis)



Ser o no ser.

He ahí la cuestión.

Aunque tampoco conviene dramatizar.

A veces se puede ser a ratos.

Es verano, hace calor y como los malos estudiantes, nos hemos quedado sin vacaciones.

La crisis.

Nos pasaremos todo julio y agosto trabajando.

Trabajar, trabajar, trabajar.

De forma reglada: madrugar, cumplir un horario, aburrirse en una redacción.

Mientras muchos de vosotros, cabrones, os vais de vacaciones.

No, no abandonamos el blog.

Todavía no.

Pero se acabaron las entradas diarias.

En principio y en verano.

La idea es escribir unas cuantas veces por semana: cuando se pueda.

Lo decimos sobre todo por los fieles, los cuatro pringaos que leen esto a diario.

Seguid entrando, seguid apareciendo por aquí y seguro que tenéis suerte y os encontráis algo nuevo.

Gracias a todos.

Y un poema de Kavafis, Konstantino Kavafis, o Constantino Cavafis, cada uno lo escribe a su manera.

Es de Poesías completas (Ed. Hiperión. Traducción de José María Álvarez), un libro robado precisamente una noche de verano en una casa de la calle Ayala de Madrid. Se llama Pueblo deprimente:

Pueblo deprimente éste donde trabaja –
empleado en un comercio,
él que es joven– y donde debe esperar
aún dos o tres meses,
dos o tres meses hasta terminar el negocio
y poder regresar a la ciudad y entregarse
a su movimiento y a sus diversiones;
pueblo deprimente éste donde espera.
Yace sobre su cama devorado por el amor,
toda su juventud despierta por el deseo de la carne,
con la tensión maravillosa de la bella juventud.
Y en el sueño le llega la delicia: en su sueño
ve y abraza la carne, el cuerpo que desea...

3 comentarios:

Anónimo dijo...

cuidate y haz lo que debas

Linus dijo...

Los fieles, los cuatro pringaos no abandonamos, y confiamos en que tu tampoco. Unas cuantas veces por semana será suficiente pero tu blog se ha convertido en necesario, ni un paso atrás.

DON ZANA dijo...

Sr. Vilá,

Aquí seguimos y seguiremos. No nos abandone.