Vuelvo a Asturias.
Llevo una botella de Whitley Neill y una mochila llena de libros.
La ginebra no es para mí.
Es un regalo para quien hace posible todas estas escapadas, dejándome su casa o guardándome siempre una habitación en ella.
La probamos juntos e intentamos descubrir si es tan buena como dicen o no.
Entre los libros están: Netherland, de Joseph O´Neill; Noches de Hollywood, de James Ellroy; Un médico rural, de Franz Kafka; y La princesa de Clèves, de Madame de La Fayette.
Tengo además un poema.
Pero esta vez tampoco es para mí.
Es para alguien que está en otra playa muy lejos ésta.
Se llama Suerte y lo escribió Charles Bukowski:
Hubo una vez(Por el espacio, el tiempo y la suerte que aún nos queda, por si lees esto: sé buena, cuídate mucho, obedece.)
en que fuimos jóvenes
dentro de esta máquina...
bebíamos
fumábamos
tecleábamos
fue un tiempo de
esplendor
un milagro
aún
lo es
sólo que ahora
en vez de
ir hacia el tiempo
es el tiempo
el que viene hacia
nosotros
y hace que cada palabra
taladre
el papel
clara
rápida
contundente
alimentando
un espacio
que se cierra
2 comentarios:
no soy yo
ni es esa playa
pero hoy me he acordado de ti
me he inventado una historia de tres segundos que me ha provocado una sonrisa pequeña y tierna
te he vuelto a leer para adivinar el estado de tus cosas
ahora escucho música esperando a que amanezca y ser vertiginosamente feliz por unos días
antes de irme te mando un abrazo
Marta
La playa está muy lejos, pero el MAR, siempre es el Mar. Y eso nos mantiene unidos. Soy una niña buena y hago toooodo lo que me dicen y GRACIAS, justo hoy, leo el poema que me ha llegado como si fuera una botella lanzada al mar...
Mil Besos
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