Alguien llama por teléfono (¿la supercolega sin nombre?). Nos habla de la exposición de Bacon. Coño, Bacon, si ya se acaba.
Nos metemos en la web del Prado: dice que es hasta el 19 de abril.
Siempre pasa lo mismo: todo el mundo habla de las exposiciones cuando se inauguran, incluso antes, pero nadie dice luego: corre, imbécil, que están a punto de cerrar, que te la pierdes...
Es la obsesión contemporánea por todo lo nuevo. Pura superstición, como los viajes.
Nosotros preferimos siempre llegar tarde. Nos gusta lo viejo, lo gastado, lo que está a punto de consumirse... Como nuestras botas.
Pero no nos perdamos.
Bacon mola. Vete a verlo. Merece la pena.
Hazte un huequito delante de Tres estudios para figuras al pie de una crucifixión (el tríptico que encabeza esta entrada), aunque para ello tengas que pegarte con todos los demás. Habrá mucha gente, seguro. No los odies: tú también eres gente. No les desprecies. No te creas mejor, más listo, más guapo. Pero resiste. Empújales si es necesario. O mételes un codazo. Incluso una patada en el culo.
Mira esos tres cuadros. Míralos juntos: ¿te gustan?, ¿te producen angustia?, ¿te dan miedo?, ¿te sientes agredido?, ¿las figuras gritan, ríen o bostezan?, ¿te identificas con ellas?, ¿son humanas?, ¿acaso lo fueron alguna vez?, ¿están muertas o vivas?, ¿por qué no miran?, ¿por qué no tienen ojos?, ¿dónde están?, ¿quizá en el infierno?, ¿qué es ese espacio naranja y geométrico?, ¿algo así como el alma?, ¿podríamos considerarlos un retrato?, ¿y un autorretrato?, ¿y una representación de la santísima trinidad?
Es uno de los primeros cuadros de Bacon, uno de los más potentes. Ahí está el germen de todo lo que vendrá después.
Y a nosotros, al mencionar a Bacon, el escritor que nos viene a la cabeza es Beckett.
No somos los únicos: todo el mundo los relaciona.
Uno pinta y el otro escribe. ¿Artistas de la angustia, del absurdo, de la desesperación, de la pérdida de todos los valores, de una humanidad que ya no es humana sino alguna otra cosa?
Uy, qué pedante e intenso para ser viernes.
De Beckett lo más conocido es Esperando a Godot. Pero tiene unas novelas que a nosotros nos gustan más, como su trilogía: Molloy, Malone muere y El innombrable.
¿De qué va? Pues como las figuras de Bacon: ¿tal vez del proceso de desintegración y descomposición de una persona y de la humanidad entera?
Bueno, ya vale de palabrejas, un poemita, porque Beckett escribió también poemas. Los tienes todos en Obra poética completa, editado por Hiperión:
bebe solo
come quema fornica revienta solo como antes
los ausentes ya muertos los presentes apestan
saca tus ojos vuélvelos sobre las cañas
discuten quizá ellos y los ays
no importa existe el viento
y el estado de vela
Bacon y Beckett tenían otra cosa en común: su país, Irlanda, aunque los dos huyeron de allí.
Los irlandeses son así, un poco como los españoles: conocen sus miserias y mantienen una relación difícil con la patria. Son también católicos, pobres y borrachos. Y eso explica muchas cosas.
Si Bacon hubiera nacido en Francia, ya no sería Bacon. Ni tendría una caja vacía de Wiskhy Vat 69 en su estudio. A Beckett también le gustaba el alcohol (mucho) y necesitaba un par de copas para aguantar tanta angustia.
Nosotros los imaginamos juntos en cualquier pub, charlando y riendo. Con ellos está Shane Macgowan, ex cantante de The Pogues e irlandés ilustre, otro monumento a la descomposición y al alcoholismo, casi una pieza de museo.
Pero se pone a cantar y se te olvida todo.
La canción se llama Dirty old town y mientras la buscábamos, nos ha alegrado mucho descubrir que el bueno de Shane sigo vivo.
Pero vosotros, no, no sigáis su ejemplo: sed buenos y no bebáis mucho este fin de semana.
2 comentarios:
Pobres irlandeses. No deja de ser curioso que Dirty Old Town, cantada por miles de irlandeses borrachos a la salida del pub, fuese escrita reflejando el alma del norte industrial de Inglaterra(Lancashire)por Ewan MacColl, ingles, socialista, actor poeta y escritor de exito. Pobres irlandeses catolicos, pobres y borrachos, no les dejan ni el alma. Larga vida a Shane. Y larga vida al blog de Vilá.
"Tres estudios para figuras al pie de una crucifixión". Bacon en estado puro.
Da igual el escenario en el que te encuentres o sobre el que te encuentres. Estarás sentado o de pie, con una venda en los ojos, lucharás por quitarte la venda, aquello que no te deja ver. Quieres la Verdad, con mayúcula, la Verdad. Te equivocas al luchar. ¡Es un error, hazme caso, no lo hagas, no te la quites!, ¡Sigue con ella cubriéndote los ojos!. ¿Para que quieres ver...? Luego no podrás parar de gritar y retorcerte jamás. Te equivocaste. ¿Nadie te lo dijo?. No luches por tener ojos para ver aquello que te espantará. Ya sólo habrá un Grito continuo. ¿Quién nos dijo que aquello que no te deja ver es malo?. Es preferible "leer" el tríptico de derecha a izquierda: luchar y gritar para que alguien, quien sea, vuelva a ponerme una venda sobre los ojos, al principio costará volver a adaptarse, quizás sigamos retorciéndonos, costará volver a no Ver, pero finalmente, sobre una silla, descansaremos el cuerpo. Y el alma.¡Si alguien la atara con fuerza sobre mis ojos! mi agradecimiento sería eterno...
Lo siento Vilá, ya se que no era necesario responder a las preguntas de "Nihilismo, borracho...", que por cierto es una de las lecturas de su blog que más me ha gustado, pero si se le pregunta a alguien "¿qué tal?" corremos el riesgo de que nos conteste más allá del correcto "bien, gracias ¿y tú?".
Suma y sigue.
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