Asusta empezar septiembre con la canción de Los Enemigos.
Es, en realidad, la despedida de un suicida.
La compuso Josele Santiago (el que canta) después de leer en el periódico la nota de un chaval que se ahorcó en Galicia: "id a por el pan y a por la leche que yo no voy a ir".
Pero no, nada que ver, yo esta vez sí que voy a estar.
Terminó el verano fatal.
Veremos, a partir de ahora, qué pasa, cómo nos organizamos y cuándo viene el próximo cambio.
De momento, cerramos, como el 1 de julio, con un poema de Kavafis.
Pura superstición.
Tampoco tiene nada que ver con lo que hablamos, creo, pero me parece muy gracioso y me gusta.
Se llama Así y lo escribió en 1903:
En esta fotografía obscena
vendida (a escondida de miradas) en la calle,
en esta fotografía pornográfica
cómo puede haber una cara tan
maravillosa como la tuya.
Quién sabe la vida fatal, sórdida, que harás;
en qué cruel ambiente
te habrán hecho esta fotografía;
qué espíritu tan vulgar el tuyo.
Mas pese a todo permanece, aún vive en mí aquella cara
maravillosa, esa figura
hecha y ofrecida para el placer griego
– así permaneces para mí y así te canto.
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