martes, 8 de septiembre de 2009

El placer de refunfuñar (notas de viaje: la Toscana)


Fragmento de Turismo y revolución. Hacia un nuevo planteamiento de la lucha de clases, de H. Tulo y traducido del alemán por mí:

Así pues, una vez que el sujeto contemporáneo ha renunciado a cualquier tipo de salvación, ya sea colectiva o individual, y se generaliza la manía de viajar, la aspiración de crear una ciudadanía universal, amparada por la Declaración de los Derechos del Hombre, queda dinamitada y de los cascotes surge y se impone su caricatura. A saber: una suerte de turista universal que pasa por la vida fotografiándolo todo pero sin llegar a rozar la realidad en ningún momento.

(...)

Este turista universal, o sea, cualquiera de nosotros, adoptará o bien el papel del papanatas, o bien el papel del gruñón, sin que en ninguno de los dos casos dicha actitud tenga la menor relevancia política.

(...)

Al papanatas, en la Toscana, le delatarán los suspiritos, aspavientos y su mohín de asombro permanente.

El gruñón, también en la Toscana, se sentirá asquedado y estafado, como si el paisaje se hubiera transformado en una insoportable sucesión de empalagosas postales.

En los casos mas graves puede incluso confundirse esta angustia con el famoso síndrome de Sthendal. La diferencia es que mientras el papanatas creerá ver a Dios detrás de cada uno de los cipreses que caracterizan a la región, el gruñón lo único que sentirá es que todo su asco, su miedo y su tristeza han echado raíces y ahora crecen y crecen, cada vez mas altos y mas fuertes, sin conocer límite alguno, y disfrazados del único árbol que merecería ser talado de forma sistemática hasta hacerlo desaparecer de la faz de la tierra.

3 comentarios:

DON ZANA dijo...

Magnífico, amigo Vilá.

No tiene usted precio como traductor.

Lo de los suspiritos, el papanatas y el gruñón, me ha cautivado.

Y no puedo estar más de acuerdo. La única forma digna de visitar un lugar que no se conoce es olvidando en casa la cámara de fotos y el tomavistas...

Disfrute, Sr. Vilá, disfrute.

Anónimo dijo...

Buena descripción, sí, del viajero. Categoría no sólo distinta, sino incompatible con el turista, esclavo de hitos y logros sin los que el viaje pierde sentido. Feliz bistecca

Amónimo dijo...

Sin olvidar la incomodidad. Como decía aquella chiquilla de Kansas: "Como en casa no se está en ninguna parte.".

Buena estancia