domingo, 3 de enero de 2010

Haiku de vuelta a casa


cielo azul,

cielo helado y vacío...
vacío y azul



El haiku lo escribió Hosoki Bôkakusei.

Corto y pego del libro Instantes. Nueva antología del haiku japonés, traducido por José María Bermejo y editado por Hiperión.

Y sí, el cielo de la foto está vacío.

Vacío a pesar de las nubes.

Es un vacío metafísico.

Tan metafísico como el de mi estómago.

El vacío, a veces, se acaba convirtiendo en hambre.

O tan metafísico como el de ese bar al que cantaban los Talking Heads.

El vacío, a veces, también se acaba convirtiendo en aburrimiento.

Pero lo bueno, lo más zen, lo superguay, es cuando el vacío se queda en nada.


1 comentario:

Anónimo dijo...

¿Y cuando el Vacio lo llena Todo?
Todo lo demás deja de existir.
Sólo se siente el Vacio.

Ójala el Vacio se transmutara en algo, lo que fuera, cualquier cosa...

Besos
Preciosa foto, a mi me sugiere infinito y libertad.