domingo, 27 de diciembre de 2009

Humor, terror y revolución (sobre 'Aire Nuestro', de Manuel Vilas)


Por fin.

Dejamos de llorar, de gruñir y de quejarnos.

No más villancincos ni antivillancicos ni felicitaciones navideñas más o menos camufladas ni nada que se le parezca.

Hablemos de un libro.

Un buen libro.

O más que eso, más que un buen libro quiero decir.

Porque quizá los buenos libros ya no sirvan de nada.

Atentos todos a esta novela, artefacto literario, o lo que sea: se llama Aire Nuestro, la ha escrito Manuel Vilas y la publica Alfaguara.

Aire Nuestro es una cadena de televisión de mediados del siglo XXI. Según nos dice Vilas en el arranque: “una cadena de alta cultura televisiva y también de alta costura de las enfermedades del futuro”.

Y a partir de ahí, nos propone un ejercicio de zapping por sus distintos programas y documentales, que nos lleva al pasado y al futuro, a un viaje que hace Johnny Cash por la España de los años 70 y a la agonía de Juan Carlos I en 2022. También hay paradas en el más allá, donde ningún cineasta quiere tratar a Sergio Leone o donde Manuel Vilas, padre del autor, le recuerda a su hijo sus orígenes y la revolución que aún tiene pendiente.

Hay además inmigrantes a los que la ansiedad les impide realizar su trabajo en el matadero, puticlubs llamados La Generación del 27 y hasta un empleado de la construcción que en sus horas libres se dedica a escribir y acaba convirtiéndose en el último estalinista sobre la faz de la tierra.

Aire Nuestro comparte muchas cosas con las Nocillas: un mismo sello editorial, los piropos que se dedican mutuamente Vilas y Fernández Mallo y el rollito posposmoderno, que podría caracterizarse simplificando mucho como: fragmentario, sin un argumento en sentido tradicional y con un universo de referentes pop, afterpop o como quieras llamarlos, en común.

Pero no, Aire Nuestro es otra cosa.

Hay algo muy raro y potentísimo en este libro: el sentido del humor.

Sentido del humor que va mucho más allá del chascarrillo cultureta (que sí, que también tiene bastante de eso y hasta habrá a quien Aire Nuestro se le atragante con tanto chiste sobre Cernuda, tipos llamados Manuel Vilas o Juan Carlos III).

Pero no, el sentido del humor en este caso es lucidez y una manera de mirar el mundo, en general, y a España, de forma mucho más concreta.

El sentido del humor de Vilas no es que se vuelva serio o que sea inteligente, como si siempre hubiera que buscarle una excusa o un disfraz al humor, el sentido del humor de Vilas es que crea todo un mundo, este Aire Nuestro, tan chocante, tan disparatado, tan revolucionario en muchos sentidos, también y sobre todo, en sentido político, tan cargado de mala leche y además, y a ratos, aterrador.

Porque Aire Nuestro es un libro político, muy, muy político, aunque no de forma maniquea o evidente. Más bien como si una de las principales fuerzas que sustenta todo este universo y le da sentido e inquieta al lector, sean esas palabras que Manuel Vilas padre le dice a Manuel Vilas hijo desde el más allá: "Recuérdales que eres un revolucionario y que eres comunista y que vas a matarlos a todos".

Y al final, a mí, como me ocurrió con la última de las Nocillas, la sensación que me queda es la de haber leído un relato de terror. O un conjunto de relatos de terror.

Aquí también, en muchos, muchísimos momentos, terror posposmoderno, no me repito, esto ya es muy largo, quien quiera comprobarlo, que se acerque a la librería y lea de extranjis capítulos tan acojonantes como Final de la Eurocopa: 29 de junio de 2008 o mejor todavía, Return To Sender.

Sí, Return To Sender, igual que la canción de Elvis que obsesiona a todos los que conducen un SEAT 850, que en su día perteneció al roquero patrio Tony Lomas pero que acaba convirtiéndose en un patíbulo o un imán para los cadáveres. Insisto, acojonante, por bueno, buenísimo, y por el mal rollo que te mete en el cuerpo.

4 comentarios:

DON ZANA dijo...

Lo leeremos, Sr. Vilá, aunque no le veo a Juan Carlos cara de llegar al 2022.

Por otro lado, y con todo el respeto para Manuel Vilas, sigo viendo una y otra vez el vídeo de MacGowan & Mc Coll que nos dejó el otro día. Fantástico.

Anónimo dijo...

Vaya, ahora que acabo de empezar Nocilla Dream ...otro muy apetecible, pero, poc a poc.

Gracias y besos per tots.
Igual que Don Zana, yo...alucino con el vídeo Fairytale of New York..

Anónimo dijo...

Pues yo tampoco dejo de ver, y volver a ver, el vídeo del Cuento de hadas de Nueva York.

Y con lo que realmente "flipo" es con la capacidad que tiene para sorprenderme... creo que nunca lo dejará de hacer... O al menos, eso espero.

Anónimo dijo...

Hoy como seguidor activo de este blog y con el permiso del Sr Vilá, quiero compartir un sentimiento; necesito hacerlo. Con algo visual tal vez funcione, no lo sé...
lo llamaremos "Inútil Zig Zag":

Vas conduciendo y a lo lejos un pequeño animal ya muerto y aplastado en medio de la carretera.
Zig Zag con el coche para evitar pasarle por encima de nuevo.
De nuevo. Pero ya está muerto. ¿Que más daría?. Sin embargo, es como Matarle OTRA VEZ. Una y otra vez. Como si ese animal no parara de morir con cada coche que le pasa por encima Y YA ESTÁ MUERTO¡¡¡
¿QUÉ MÁS DARÍA?...y sin embargo ZIG-ZAG. Nadie merece Morir así tantas veces. Una y otra vez...las tripas ya fuera...ahora los ojos...
Pobre ser vapuleado. Espero que sepa que está Muerto.

Gracias y perdón por ésta interrupción en el Blog.
Pero confío en vosotros.
Sobre todo en el Sr Vilá.

BESOS