jueves, 7 de mayo de 2009

Deprisa, deprisa (Hay que leer a Javier Pastor)


Van a abrir una librería nueva. Pero es en Berlín.

Nuestra Supercolega sin nombre ha encontrado trabajo. Pero es sin contrato y le pagan una mierda.

A nosotros nos ha salido un bolo. Después de mucho mendigar, nos han hecho un encarguito, como los de antes: una entrevista. Nada del otro mundo. Pero nos apetece y nos mola. Aunque tenemos que entregarla YA, YA, YA.

O sea, que hay que darse prisa.

Hoy seremos claros, rotundos, contundentes como nunca antes: HAY QUE LEER A JAVIER PASTOR.

Su Mate jaque lo teníamos en la lista de espera, una pila inmensa de libros, desde que lo editó Mondadori a principios de año.

Es muy cortito, 99 páginas, pero es que a nosotros siempre nos han gustado mucho las novelas cortas, esas que te puedes leer de una tacada. Y cada vez más.

Aquí no sobra nada: ni una línea ni una palabra ni una coma.

De la historia es mejor no contar mucho, quizá porque tampoco hay mucho que contar: es de un tío que escribe, un egoísta, un ególatra, un egomaniaco. Como casi todos los tíos que escriben: YO, YO, YO.

El tipo está harto de su mujer, de escribir y de sí mismo. Ella quiere tener un hijo pero a él eso de la paternidad le parece muy vulgar.

Es cobarde, es odioso, es patético y seguramente está acabado. Pero como tiene tan mala leche, te hace gracia. Resulta brillante y excesivo, a ratos lúcido, a ratos paranoico, siempre cruel, amargado, una voz potentísima.

En plan House o Risto Mejide, con perdón. Ni Javier Pastor ni el personaje se merecen una comparación tan zafia, pero es para que el lector se haga una idea sin necesidad de demasiado esfuerzo por nuestra parte.

El escritor huye de su mujer y se va a un balneario para empezar un libro de encargo: Las Celebridades Que He Achuchado.

Sí que está acabado.

Pero empiezan a pasar cosas extrañas y luego tenemos la visión de su mujer sobre el tipo, la vida en común, lo que pasó y todo lo demás.

¿Qué nos ha gustado? Todo. Qué inteligencia, qué estilo, qué forma de escribir.

¿Es la historia de una crisis de pareja? No, la historia, la novela, va mucho más allá. Hasta acabar convirtiéndose casi en un relato de terror. Terror moral. O en una pesadilla.

Javier Pastor es de 1962. Y según cuenta la lacónica nota de la solapa, ésta es su tercera novela.

Javier Pastor es un escritor lento y leyéndole, entiendes por qué.

Javier Pastor no juega. Ya hemos dicho que no sobra nada. Pero es que, además, todo está justificado. Y todo encaja y todo merece la pena.

A nosotros nos daba un poco de pereza, aunque todo el mundo lo había puesto ya por las nubes, porque hay una partida de ajedrez de por medio, y porque hablaban de estructura palindrómica (que empieza igual que acaba). Y pensamos que iba a ser algo ingenioso o frío o sin sustancia.

Pero nada de eso, todo lo contrario.

Puedes hacerte una idea de libro aquí, El Cultural de El Mundo publicó un avance.

Hay otra noticia:

Llega una nueva editorial, no es un sello pequeño. Por lo visto, está detrás un grupo italiano. Se llama Duomo ediciones y puedes enterarte de más en El Periódico.

Puede que las cosas estén cambiando. O puede que no.

Nos sentimos ahora mismo incapaces de valorarlo.

¿Hay luz al final del túnel?, ¿qué luz?, ¿qué túnel?

La Velvet dice que sí. A nosotros el cuerpo también nos lo pide.

Mañana, más. No sabemos cuándo, a qué hora, pero mañana toca hablar de Peter Pan.

¿Crees que es para niños? Eso es que no lo has leído. Peter Pan es una de las obras más extrañas, aterradoras e inquietantes que se han escrito jamás.

1 comentario:

DON ZANA dijo...

Sr. Vilá,
Aunque últimamente no me pronuncie, le sigo atenta y diaramente. Y me gusta lo que leo.
Tenía ganas de oírle hablar de Celine. No sé por qué, pero era algo que esperaba. Quizá porque hace tiempo que la pereza no me deja emprender un viaje al fin de la noche que tengo pendiente, y su entrada del otro día me dio el empujoncito que necesitaba.
Por otro lado, oírle hablar de suicidio... me ha espeluznado, pero esa es otra historia, como sabe. Le alabo y reconozco el valor y la honestidad. De todos modos, sin duda leeré el cómic de Aude Picault.
Por último, le voy a pedir un favor. No ponga usted etiqueta a Risto Mejide. Dejémosle pasar como si nunca hubiese estado aquí. Creo que con las etiquetas de J.M. Aznar y César Vidal ya tiene usted suficiene.
Espero impaciente la entrada sobre Peter Pan. No lo deje, por favor.
P.D.: Mi suegra le envía saludos (y unas magdalenas caseras que pronto recibirá en casa). Dice que para cuándo una entrada sobre La Catedral del Mar, que ellos también son personas.