martes, 31 de marzo de 2009

Libros que te alegran el día (y hasta la semana entera)


Vuelven a acusarnos de ser muy negativos, como si nada nos gustara y todo nos pareciera una mierda.

Dicen que tenemos tendencia al drama.

Y es cierto en parte, pero sólo en parte.

Así que hemos cambiado de planes.

Teníamos dos libros para comentar: dos decepciones. El ya mencionado varias veces La fiesta ha terminado de Daniel Vázquez Sallés. Qué pereza. Y otro que acabamos ayer: El corrector, del otras veces muy interesante Ricardo Méndez Salmón.

Sobre ambos hay mucho que decir. Quizá más adelante.

Hay un tercer libro que nos ha gustado mucho, mucho: Cuentos rotos, de Carlos Herrero. Ed. Barataria. Pero para hablar de él, hay que ponerse chungos. Con Herrero, a ratos te descojonas, pero también duele. Y eso es lo que nos ha impresionado: aún es capaz de hacernos sentir algo, o un montón de cosas, aunque no sean agradables.

Pronto te hablaremos de Herrero largo y tendido. Merece la pena.

Hoy, no. Hoy somos todo sonrisas y sólo queremos contarte cosas bonitas. Por ejemplo, cómo llegamos ayer a la redacción y había un montón de libros esperándonos.

Pero tres fueron los que nos alegraron el día. Aún hoy seguimos felices. Los miramos y se nos cae la baba, deseando leerlos.

Esta noche, en cuanto tengamos un segundo, empezaremos, creo que por este orden:

1. El barco de la muerte. B. Traven. Ed. Alfabia: B. Traven se ha convertido en el chico de moda, el nuevo autor de culto. Y eso que lleva 40 años muerto. Al parecer, Roberto Bolaño pensó en él para crear uno de los personajes de 2666. Ha debido ser eso.

Y luego está que se sabe muy poco de él: se pasó toda la vida escondiéndose o algo así. No conocemos bien la historia. Mejor te remitimos al prólogo de Javier Marías y al primer capítulo. Lo publicó el otro día El Cultural.

El barco de la muerte lo acaba de editar Alfabia, con el prólogo ya mencionado de Marías y en la primera traducción que existe del alemán al castellano.

El Acantilado también lo va a publicar, pero esta vez parece que se les han adelantado. Ellos acaban de sacar otro novela de Traven, la más conocida porque John Houston la adaptó al cine: El tesoro de Sierra Madre.

¿De qué va El barco de la muerte? De marineros perdidos y barcos que zarpan sólo para hundirse y que su dueño cobre el seguro. Está escrita en 1926 y desde la contra la definen como: "Una novela de tono picaresco y desolador, llena de ironía, humor negro y desencanto". Y nosotros nos lo creemos porque detrás de Alfabia está Diana Zaforteza, que nos descubrió un par de buenos libros en su anterior sello: Alpha Decay.

2. Un paseo solitario. Gul Y. Davis. Ed. Periférica: Periférica es otra de esas editoriales de las que nos fiamos. Suele descubrirnos libros que merecen la pena. Como Los trabajos del reíno, de Yuri Herrera, del que ya te hemos hablado. O Help a él, ese disparate lisérgico, de Fogwill. Una de las novelas más cerdas que hemos leído nunca. Maravillosa.

¿Y ésta? Pues parece una historia de iniciación bastante cruda: la adolescencia de un chavalín que pasa por uno o varios psiquiátricos. O sea, va de locos, pero esperamos que de verdad, sin romanticismos ni tonterías. Promete.

Nos llega también de Periférica su primera incursión en la poesía Feliz humo, de Javier Codesal.

3. La vida dura. Flann O´Brien. Nórdica Libros: ¿Suena muy cursi si decimos que ayer abrimos un sobre, vimos que era una nueva novela de O´Brien y besamos la portada? Sí, ¿verdad? Pues es cierto, lo hicimos.

Estaremos eternamente agradecidos a Perdidos, una serie que no nos interesa demasiado, por habernos permitido conocer a O´Brien.

En uno de los capítulo, uno de los personajes leía uno de sus libros, El tercer policía. Y eso hizo que se reeditara y llegara a nuestras manos.

Ignoramos si las claves de la serie estaban en ella. Lo que sí hay es uno de los descensos a los infiernos más absurdos y aterradores que hemos leído nunca.

Porque es el absurdo lo que define los libros de O´Brien. Pero un absurdo a la irlandesa. O sea, bien pegado a la tierra y empapado en alcohol. Y además, con un punto muy siniestro.

Después de El tercer policía, vinieron Crónica de Dalkey y La boca pobre, una sátira feroz de los tópicos sobre la identidad irlandesa. Las disfrutamos todas.

Ahora llega La vida dura. Parece divertidísima. Atención a la dedicatoria:
Ofrezco honorablemente a
GRAHAM GREENE,
cuyos estados de desaliento admiro,
esta obra del señor
Pues eso, que nosotros estamos supercontentos hoy. Nada de desaliento.

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